Nos reportamos desde Bogotá, donde los números que determinan el costo de vida del país siguen siendo motivo de preocupación. El DANE publicó el informe de inflación correspondiente a noviembre de 2025: la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanzó el 5,30 %.
Aunque la inflación continúa por encima del rango objetivo del banco central —y lejos del 3 % que suele considerarse “meta ideal” en economías estables— la cifra representa una ligera baja frente al 5,51 % reportado en octubre.
El incremento mensual entre octubre y noviembre fue apenas del 0,07 %, lo que sugiere una desaceleración en la presión de precios al cierre del año.
El alza anual de 5,30 % responde a incrementos en varios grupos de gasto: salud, servicios públicos, transporte, restaurantes y hoteles, así como bebidas alcohólicas y tabaco. Al mismo tiempo, alimentos y bebidas no alcohólicas mostraron un ajuste mensual a la baja, lo que ayudó a contener parcialmente la inflación.
Otros rubros que influyeron fueron vivienda, servicios públicos y suministros básicos —esto incluye arriendo, agua, gas, electricidad— así como bienes y servicios diversos.
Qué puede significar para los ciudadanos
- Para los hogares colombianos, una inflación anual de 5,3 % implica más presión sobre los ingresos: el costo de bienes y servicios esenciales sigue subiendo, lo que erosiona el poder adquisitivo.
- Los ajustes en el costo de vida podrían recalentar las negociaciones de salario mínimo, pensiones y reajustes contractuales, ya que muchas cláusulas están indexadas al IPC.
- Para la política económica, la cifra refuerza la posición cautelosa del Banco de la República: la inflación aun por encima del rango objetivo podría llevar a mantener las tasas de interés elevadas, para controlar la demanda y estabilizar precios.
Lo que viene en 2026
Con este panorama, los analistas advierten que el control de la inflación será uno de los retos clave en el próximo año. Si bien la base de 2025 marca un punto de referencia moderado, factores como los precios internacionales, la volatilidad cambiaria y la presión sobre alimentos y servicios públicos podrían mantener la tensión sobre el IPC. Para algunos economistas, una meta realista para 2026 rondaría el 3 %–4 %, siempre y cuando se logren contener las principales fuentes de presión sobre los precios.
Este es el balance actual: inflación a 5,30 %, variación mensual moderada, pero con signos de que la cuesta de precios aún no termina. Para los ciudadanos, la invitación es a estar atentos: ajustar presupuestos, revisar gastos y considerar estrategias de protección del poder adquisitivo.
