Desde Pekín llegó una noticia que podría marcar un giro en la guerra comercial entre China y Estados Unidos. El Gobierno chino, por primera vez en mucho tiempo, dijo que está considerando sentarse a negociar con los estadounidenses.

Esto después de varias semanas de tensión, especialmente desde que Trump decidió subir los aranceles a los productos chinos.

Lo que dicen desde Pekín es que EE. UU. ha insistido en que quiere hablar, que ya lo han manifestado por distintos canales, y que China lo está evaluando.

No han dicho que sí, pero tampoco que no. Simplemente, se están tomando el tiempo para ver si vale la pena.

Me llamó la atención una frase del comunicado del Ministerio de Comercio chino: “Si tenemos que pelear, pelearemos hasta el final; si tenemos que hablar, la puerta está abierta”.

Pero también dejaron clara una condición: si va a haber diálogo, Estados Unidos primero tiene que corregir sus medidas arancelarias unilaterales.

De lo contrario, dicen que eso solo demuestra falta de sinceridad y daña la confianza.

Además, el mensaje fue bastante fuerte en otro punto: advirtieron que si EE. UU. está buscando negociar solo como excusa para presionar o chantajear, eso con China no va a funcionar.

Todo esto pasa apenas dos días después de que Trump dijera que China la está pasando mal con los aranceles, y que espera llegar a un acuerdo pronto.

Según él, ya están hablando. Pero China lo había negado antes, así que esta nueva declaración cambia un poco el panorama.

Y es que la situación está dura: desde que arrancó esta nueva fase del conflicto, Estados Unidos le puso aranceles del 145 % a productos chinos, y China respondió con tarifas de hasta el 125 % a los productos gringos.