Nos reportamos desde los pasillos y los trending topics, donde la consulta del Pacto Histórico, realizada este 26 de octubre, ya está bajo lupa. Con más de 2,7 millones de votos contabilizados, la jornada presenta dos caras: para unos, una victoria que muestra músculo; para otros, un tropiezo que pone en duda el entusiasmo del electorado.
Los que dicen que fue un éxito resaltan que, en medio de críticas previas y procesos internos complejos, movilizar más de 2,7 millones de personas es un logro. Según los datos oficiales, el ganador fue Iván Cepeda con aproximadamente 1,540,391 votos (65,13 %), frente a los cerca de 678,962 (28,7 %) de Carolina Corcho. Los defensores del proceso aseguran que, comparado con una consulta tradicional de partidos, se está ante una movilización aceptable, en un ejercicio que no tiene la misma magnitud que unas elecciones legislativas o presidenciales. Por ejemplo, el rector de la registraduría advirtió que el dispositivo era menor que el de los comicios con 100.000 mesas.
Los que lo ven como un fracaso argumentan que la participación es claramente inferior a la que lograron consultas anteriores de la izquierda. En 2018 la participación en la consulta interna fue de más de 3,2 millones de votos, y en 2022 superó los 5,5 millones. Esta vez, con casi 2,7 millones, el número se desploma. También señalan que la jornada registró un porcentaje alto de votos nulos o no marcados: cerca del 14 % del total (aproximadamente 249.415 no marcados y 139.412 nulos) solo para el tarjetón presidencial de la consulta.
Entonces, ¿cuál lectura es la más razonable? Depende del marco de comparación. Si se mira frente a elecciones nacionales (más de 18 millones de votos en el Congreso de 2022), la cifra es baja. Pero si se considera que es una consulta interna de partido —menos recursos, menor movilización— entonces acercarse a los 3 millones podría verse como aceptable. El propio presidente Gustavo Petro opinó que el resultado “significa que, sin ser aún elecciones, el Pacto Histórico tiene más electores que la mayoría de los partidos políticos en fechas de reales elecciones”.
Algunos aprendizajes que dejó la jornada
- La movilización sigue siendo un reto: incentivar a los votos activos en consultas internas no es lo mismo que en elecciones con mandato nacional.
- La claridad logística importa: mesas vacías, cambios de puesto y alta tasa de votos no válidos reducen legitimidad.
- Las redes sociales ya marcan la narrativa: memes, hashtags y reacciones en segundos pueden amplificar una percepción de “fracaso” incluso cuando los números son moderados.
- Para 2026 la prueba real será cuando llegue la elección general y no solo un ejercicio interno. El músculo mostrado hoy necesitará multiplicarse.
Este es el reporte de hoy: la consulta del Pacto Histórico quedó atrás, pero las preguntas siguen. ¿Fue una victoria simbólica o un aviso temprano de desmovilización? Usted ya vio los números. Ahora, observe cómo esos votos se conviertan en estructura, candidatos, listas… y sobre todo: en alianzas para la campaña real que viene.





