Nos reportamos desde el asfalto colombiano, que está a punto de electrificarse. Esta vez no por un trancone, sino por el rugido (silencioso) de los Tesla, que oficialmente aterrizan en el país con una promesa: transformar la movilidad, el diseño y la industria automotriz nacional. Pero más allá de los carros futuristas, hay un dato que brilla: quien toma el volante de esta operación es una mujer. Se llama Karen Scarpetta, y se convierte en la primera gerente general de Tesla Colombia. Sí, leyó bien: la mujer que liderará la revolución eléctrica.
La llegada de Tesla no es solo una noticia para fans de Elon Musk o para quienes llevan años soñando con manejar un Model Y. Es también una señal de cómo Colombia comienza a entrar, aunque un poco tarde, al mapa de las grandes marcas globales de tecnología sobre ruedas. Ya no se trata solo de ver Teslas rodando con placas diplomáticas: ahora cualquiera con el bolsillo y el gusto puede aspirar a tener uno legalmente matriculado, mantenido y atendido en el país.
Karen Scarpetta no es nueva en el mundo automotor. Viene de ser directora de Volvo en Colombia y es reconocida por su capacidad para mezclar visión comercial, sensibilidad con la sostenibilidad y liderazgo con impacto. En sus palabras: “Esto no es solo vender carros, es sembrar un nuevo chip cultural”. Lo cierto es que Karen no llega sola: la marca traerá consigo su icónica flota eléctrica —Model 3, Model Y, y tal vez más adelante Model S y X— además de su esquema de servicio técnico, software actualizado por aire, y todo el estilo californiano empaquetado en cuatro ruedas.
¿Y qué significa esto para el país? Primero, que el mercado de carros eléctricos por fin se pone serio. Colombia ha tenido avances (incentivos tributarios, reducción de aranceles, puntos de carga), pero aún no logra que el ciudadano promedio considere cambiar su carro de gasolina. La entrada de Tesla —una marca amada por techies, influencers, empresarios y geeks— puede hacer que el deseo pese más que la duda.
Segundo, puede poner presión sobre otras marcas que ya están en el segmento eléctrico: BYD, Kia, Renault y hasta Volkswagen. Cuando llega Tesla, el tablero se sacude. Literal.
Y tercero, es un mensaje para el sector empresarial: mujeres al volante del cambio. La elección de Scarpetta como gerente no es menor: es una jugada que combina trayectoria, modernidad y confianza en el talento nacional.
¿Precios? Aún no están del todo confirmados, pero según fuentes del sector, el Model 3 podría arrancar cerca de los 190 millones de pesos, mientras el Model Y rondaría los 240 millones, dependiendo del modelo y las configuraciones. No es barato, pero tampoco es un Ferrari: es el punto medio entre futuro, lujo y responsabilidad ambiental.
Así que sí, el futuro llegó, tiene placas colombianas… y se llama Tesla.
Y al frente, una mujer que no solo conduce, acelera el cambio.





