Nos reportamos desde las páginas de un nuevo libro que llega justo cuando el país más necesita miradas empáticas sobre lo público. Diana Osorio, ex gestora social de Medellín y esposa del exalcalde Daniel Quintero, publica La otra cara del poder (Editorial Planeta), un relato sincero sobre lo que ocurre detrás del telón político: maternidad en medio de escándalos, ataques en redes, y una vida familiar bajo presión constante.
Aunque muchos la conocieron por estar al lado del alcalde más polémico de los últimos años en Medellín, el libro no gira en torno a él, sino a lo que significa habitar el espacio público sin haberlo pedido del todo. Osorio narra su historia desde el periodo 2020–2024, entre decisiones de gobierno, enfermedad de su hija Aleia, y una ciudad sacudida por la polarización.
“Este no es un libro sobre política. Es sobre lo que implica ser parte de ella sin blindaje emocional. Sobre cómo se sostiene una familia mientras se está en el centro del huracán mediático”, escribe Osorio, quien —sin esconder emociones— abre la puerta a un testimonio donde el poder no se mide por votos, sino por la capacidad de resistir sin romperse.
En un país donde, según la OCDE, los partidos políticos apenas generan un 18 % de confianza ciudadana y el Congreso apenas un 23 %, La otra cara del poder se siente como un mensaje entre líneas: la política también se vive desde el silencio, desde la casa, desde los cuartos de hospital y las llamadas de madrugada.
No es un libro de defensa ni de ataque, y ahí radica su potencia. Osorio no intenta justificar nada, pero sí humanizar lo que implica acompañar el ejercicio del poder desde la sombra. Es una crónica de lo invisible: las contradicciones de amar a alguien que gobierna, de criar hijas con cámaras al frente, de llorar fuera de escena mientras se habla de Hidroituango o de revocatorias.
La otra cara del poder ya está disponible en librerías del país y en planetadelibros.com.co. Una lectura incómoda para quienes solo ven a los políticos como titulares; necesaria para quienes aún creen que detrás de cada decisión hay, también, una persona que paga el costo.





