En el diálogo, el jefe de Estado dijo: “No es rey en Colombia, aquí no aceptamos reyes, punto”, una frase directa al mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, en el contexto de la tensión bilateral. Al hablar sobre la evolución de la relación con Washington añadió: “Yo voy a exigir; no voy a conceder”, planteando un giro en la diplomacia tradicional hacia una postura de mayor exigencia. Sobre la capacidad operativa de Estados Unidos en temas de seguridad, sostuvo: “Ningún soldado del mundo —ni colombiano, ni europeo, ni africano, ni estadounidense— puede cumplir una orden que sea disparar o cometer un crimen contra la humanidad”, al justificar su llamado a la desobediencia ante órdenes que violen derechos humanos.
En el tema de política exterior, manifestó: “Ya veré cómo maniobro yo”, al referirse a su estrategia frente a la presión estadounidense, tras decir que otros mandatarios latinoamericanos habían sabido moverse ante Washington. Y, al tocar la cuestión comercial y energética, afirmó: “Trump está obsesionado con el petróleo, toda su estrategia gravita en el mundo con conseguir más petróleo y no se da cuenta que eso ya no sirve y nos va a matar a todos”, en clara contraposición de su visión ambientalista.
En su intervención, Petro aprovechó para exponer por qué considera que la relación de Colombia con Estados Unidos ha entrado en una nueva fase de conflicto. Señaló que el tono diplomático “subió en la medida en que fueron cayendo más bombas y matando más niños en Gaza, y fueron esposando a cada vez más latinoamericanos en los aviones”, lo cual, según él, explica el distanciamiento. También defendió su postura frente a Venezuela, al señalar que no critica al gobierno de Nicolás Maduro porque “no ha invitado a invadir su país”, reforzando su enfoque de soberanía nacional.
¿Qué significa esto para usted y para Colombia? Estas declaraciones no solo marcan un estilo diplomático distinto, sino que tienen implicaciones reales en comercio, inversión y cooperación internacional. Si el presidente “no concede” sino exige, si afirma que no acepta “reyes” y que maniobrará, entonces estamos ante un giro hacia una diplomacia más asertiva, a veces confrontacional. Para el ciudadano esto puede traducirse en cambios en cómo lleguen las inversiones, los tratados comerciales y los programas de cooperación exterior. Y para las empresas, significa estar atentas a los nuevos escenarios de riesgo y oportunidad.
Este es el reporte de hoy: un presidente que lanza frases que no solo encendieron redes, sino que llaman a repensar las relaciones de Colombia con el mundo. Usted ya entendió lo que dijo. Ahora, queda por ver qué hará con esas palabras.
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