Con tecnología de última generación y drones de vigilancia, el Meta refuerza la seguridad contra amenazas aéreas ilegales.
Nos reportamos desde el Meta, donde el cielo también se protege. En un departamento donde los drones ya no son solo herramientas recreativas, sino instrumentos usados por grupos criminales, la seguridad ha tenido que mirar hacia arriba. La Gobernación del Meta, junto a Red Summa, ha puesto en marcha un sistema antidrones que protege a más de 1.072.000 personas, blindando la región contra amenazas aéreas ilegales y reforzando la vigilancia de infraestructuras estratégicas.
El proyecto no solo detiene drones no autorizados: también incorpora drones propios con vigilancia diurna y nocturna, software especializado y un plan de capacitación intensivo para los equipos que operan esta tecnología. La meta es clara: que el control del cielo esté siempre en manos de quienes velan por la seguridad.
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El Reporte de hoy: tecnología al servicio de la seguridad
El plan incluye más de 40 actividades técnicas, desde la instalación de equipos antidrones de última generación hasta entrenamientos especializados que aseguran la operatividad continua del sistema, incluso con cambios de personal.
Los beneficios ya son palpables: la fuerza pública —incluyendo al Ejército y la Policía Nacional— ahora cuenta con una ventaja estratégica para detectar, neutralizar y responder ante drones usados con fines ilícitos. Esta capacidad, antes inexistente, reduce la vulnerabilidad del Meta frente a actividades como el contrabando, el narcotráfico y la vigilancia ilegal de zonas críticas.
Como destacó Red Summa:
“Este proyecto representa una respuesta contundente a las amenazas aéreas. No solo mejoramos la seguridad pública, sino que también garantizamos que más de un millón de personas vivan en un entorno más seguro”.
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Drones que ven de día y de noche
El sistema no se limita a neutralizar amenazas: también extiende el alcance de las operaciones de vigilancia. Los drones con cámaras diurnas y nocturnas permiten cubrir grandes extensiones de terreno, identificar movimientos sospechosos y actuar con rapidez. Esto es especialmente valioso en zonas rurales o de difícil acceso, donde la reacción rápida puede marcar la diferencia entre contener una amenaza o lamentar sus consecuencias.
Además, el uso de software especializado permite localizar drones no autorizados y tomar medidas para neutralizarlos antes de que cumplan su misión ilícita. La combinación de tecnología y capital humano entrenado crea una barrera aérea que dificulta la operación de grupos criminales.
Seguridad que impulsa desarrollo
El impacto del sistema va más allá de la seguridad: al proteger infraestructuras críticas —desde instalaciones energéticas hasta centros de comunicación—, el Meta fortalece su base para el desarrollo económico y social. Empresas, comunidades y autoridades operan ahora en un entorno más seguro, con menos riesgo de interrupciones por ataques o vigilancia no autorizada.
Este tipo de avances tecnológicos también proyecta al Meta como un referente regional en innovación aplicada a la seguridad pública, algo que puede atraer inversión y cooperación internacional en áreas de defensa y protección civil.
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Así se lo contamos en Reporte Colombia
El Meta ya no solo vigila sus carreteras y fronteras: ahora vigila su cielo. Con un sistema antidrones que integra tecnología de punta, entrenamiento especializado y coordinación entre autoridades, el departamento marca un antes y un después en la lucha contra las amenazas aéreas.
En una región donde la seguridad es clave para el bienestar y el progreso, este proyecto demuestra que, cuando la tecnología y la estrategia trabajan juntas, la protección de la comunidad se eleva… literalmente.