Cinco mitos que hay que dejar de repetir sobre la contratación pública en Ley de Garantías

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Nos reportamos desde el Club El Nogal, donde 22 periodistas de medios nacionales se reunieron para desmentir creencias erradas que giran en torno a la contratación directa en tiempos de Ley de Garantías. ¿El objetivo? Explicar que no todo está suspendido ni todo es corrupción.

La jornada, liderada por Red Summa y acompañada por el abogado y economista Alfredo Gómez Arboleda, puso sobre la mesa cinco mitos frecuentes que distorsionan la comprensión ciudadana y periodística sobre cómo se ejecutan los recursos públicos en medio de los procesos electorales. Spoiler: la Ley de Garantías no paraliza el Estado.

Mito 1: “Durante Ley de Garantías no se puede contratar”

Falso. La contratación no se prohíbe, simplemente se restringen ciertos convenios interadministrativos para evitar usos indebidos. Lo demás sigue funcionando bajo las reglas normales.

Mito 2: “Contratación directa es sinónimo de corrupción”

No necesariamente. Existen causales legítimas para contratar de forma directa (emergencias, mínima cuantía, prestación de servicios, etc.), siempre que se respete la ley y se garantice transparencia.

Mito 3: “No se pueden firmar convenios con entidades públicas”

Sí se puede, siempre y cuando los convenios no impliquen la ejecución de recursos públicos para programas que puedan incidir electoralmente. Es decir, se permite si está en función del interés general y no de campañas.

Mito 4: “Los medios deben denunciar todo contrato directo en época electoral”

Denunciar sin contexto también desinforma. La clave está en analizar el objeto, el proceso y el cumplimiento de la norma. No todo lo directo es irregular.

Mito 5: “Ley de Garantías protege la democracia”

Este mito es más filosófico que legal. La norma intenta blindar la contratación de posibles usos políticos, pero no reemplaza el control ciudadano ni garantiza elecciones limpias por sí sola.

Desde Red Summa lo resumen así: “La contratación directa no debe verse como un riesgo, sino como una herramienta legítima para ejecutar proyectos sociales con transparencia. Nuestra misión es formar y conectar al periodismo con el conocimiento técnico que permita comunicar lo público con propósito y rigor”.

El encuentro terminó con un consenso: si periodistas, abogados y ciudadanos conocen mejor estas herramientas, podrán ejercer mayor control social, exigir transparencia y evitar que los titulares sensacionalistas nos hagan caer —otra vez— en los mismos mitos de siempre.

Así que ya lo sabe: que no lo enreden con cuentos de que no se puede hacer nada en Ley de Garantías. Se puede, pero con reglas claras. Y sí, usted también puede entenderlas.