Nos reportamos desde las urnas solitarias de los colegios y polideportivos donde este domingo se suponía que los jóvenes del país iban a decidir su futuro… pero la mayoría ni apareció. De los más de 12 millones de jóvenes habilitados para votar en las elecciones de los Consejos Municipales de Juventud, solo lo hicieron 787.000, es decir, apenas el 6,4%. Un récord, pero de indiferencia.
El ausentismo fue tan brutal que más que una jornada electoral, esto pareció una reunión con los primos: solo fueron los mismos de siempre. Y eso que estaban llamados a participar jóvenes entre 14 y 28 años, con el objetivo de elegir representantes que velen por sus intereses ante gobiernos locales.
Pero la democracia juvenil no solo falló por la falta de votos. También hay ganadores y perdedores:
- El Partido Liberal fue el que más curules logró, seguido por el Partido Conservador y el Pacto Histórico.
- Por el contrario, partidos como la U y Cambio Radical se rajaron, y varios movimientos alternativos independientes apenas si rasguñaron escaños.
- Los procesos y prácticas organizativas juveniles —los que se inscribieron sin partido político— también lograron una buena tajada, especialmente en zonas urbanas.
¿Y esto qué significa? Que la desconexión entre la institucionalidad y los jóvenes no se resuelve solo con abrir una urna. La falta de confianza, el desconocimiento del proceso, la poca difusión y el bajísimo presupuesto para pedagogía electoral dejaron a los Consejos de Juventud sin juventud.
Este es el reporte de hoy: una elección que mostró que hay más likes en TikTok que votos en las urnas. Y si la política no se pone las pilas, seguirá perdiendo a las nuevas generaciones. ¿Será que hay que dejar de decirles “ustedes son el futuro” y comenzar a construir con ellos el presente?





